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Foto del escritorCarolina Lifschitz

Formar a niños y niñas como lectores… ¿qué significa? ¿cómo se logra? ¿tiene sentido?

Actualizado: 26 ene 2023

Pensar en los niños pequeños como lectores puede parecernos extraño: si no saben leer, ¿cómo se convertirán en lectores? Para dilucidar este interrogante debemos plantear otras preguntas… ¿qué significa ser lector? ¿A qué edad se empieza a ser lector? ¿Requiere únicamente de poder decodificar las letras? ¿La lectura es solamente poder “decodificar”?


Plantearemos algunas respuestas posibles para estos interrogantes con las que esperamos abrir el tema y, sobre todo, quedarnos pensando.


Si sostenemos que ser lector es poder tomar un texto escrito y “reproducir” lo que dice (decodificar), pues entonces no tendría mucho sentido pensar en formar a los niños pequeños, o incluso a los bebés, como lectores. Pero si concebimos a la lectura de una manera más amplia, al lector como algo más que un “decodificador”, ahí puede cambiar nuestra mirada.


¿Qué hace un lector? Mucho más que decodificar letras. Elige qué leer, relaciona el texto y las imágenes que lo acompañan, atraviesa lo leído por sus propios conocimientos y experiencias, busca textos similares a los que ya leyó, de un mismo autor o autora, de una misma temática. Recomienda libros a sus conocidos, establece comparaciones entre textos. Va armando un recorrido lector propio, va formando su gusto. Delia Lerner (2001) denomina a estas prácticas como los "quehaceres del lector”.


Ahora bien, ¿pueden los niños y niñas pequeños convertirse en lectores? Pues la experiencia muestra que si se les permite participar de todas las prácticas que realiza un lector, los niños se convierten en lectores, ávidos muchas veces. Claro que para ello necesitan de adultos que sean mediadores: entre ellos y los libros (mientras no sepan leer por sí mismos y luego también) y entre los niños.


¿Qué hace falta? Libros variados, al alcance de las pequeñas manitos; adultos que pongan voz a esos textos; un ambiente libre en el que se les permita mirar, tocar, hojear, elegir y hablar sobre los libros.


Entonces… ¿tiene sentido leer a un bebé? ¿Por qué y para qué? Sabemos que los bebés y los niños pequeños disfrutan mucho de que les lean. Y esto ya es un motivo válido:


Proporcionar libros a los bebés no significa proponer una forma de aprendizaje precoz de la lectura. Se trata de rehabilitar el juego con narraciones por medio de un contacto lúdico con el libro, un objeto sorprendente (...) Los libros deberían estar presentes en la vida cotidiana de todos los niños, sin ninguna restricción y sin buscar ningún beneficio inmediato. Con los primeros cuentos y con las rimas solo hemos de buscar el placer de los pequeños y de los adultos.” (Bonnafé, 2008:36)


Al igual que las canciones de cuna, es deseable que los libros acompañen el crecimiento de nuestros hijos desde muy temprana edad. La lectura para ellos es la presencia de un otro que los quiere. Pero, además, la lectura es la posibilidad de conocer nuevos mundos, de ampliar el universo y de desarrollar la imaginación. Yolanda Reyes lo explica muy bien en el video ¿Cuándo nos hacemos lectores?. Esperamos que lo disfruten e invitamos a seguir pensando sobre este tema.



Referencias:

Bonnafé, M. (2008): Los libros, eso es bueno para los bebés. Océano. México.

Lerner, D. (2001): Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. Fondo de Cultura Económica. México.

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